Fershow Escarcega de aquí y hasta que San Juditas lo permita, será el titular de la columna mensual “Fotografía a Go Go”, en la cuál se mostrará parte de su trabajo y proyectos de fotógrafos que lo vayan inspirando en sus pensamientos psicodélicos.
El calor que cae en vertical sobre la capital del país libera el humo acumulado en el pavimento, los restos de otras civilizaciones se evaporan hacia las nubes, prometiendo que los despojos de los pueblos enterrados en algún momento reclamarán su lugar.
Guillermo Díaz, al igual que el humo acumulado que reclama su espacio, ha encontrado en la fotografía armada la forma de expresar al México político, al México cínico, él que no tiene empachos en mostrarnos su cara más culera, la cara mas cínica que desprecia y ningunea a los asalariados … a los jodidos. Nos muestra las ínfulas del poder y sus excesos.
Revolta: ¿Qué hizo que tus fotografías comenzaran a tocar temas políticos?
Guillermo Díaz: Fue como la “Crónica de una muerte anunciada”. Lo que pasó con las elecciones para la presidencia y el triunfo Peña Nieto desencadenó que comenzara a tocar esos temas. Si intentara retratar todos los casos de abuso de poder que existen en México , nunca terminaría. En muy poco tiempo aparecieron las ladys de Polanco, el gentleman de la lomas, el caso de Elba Ester Gordillo y un largo etc.
El acento lo delata, aun conserva el ritmo y la entonación que hacen que su forma de hablar sea peculiar y agradable de escuchar. Guillermo Díaz es originario de Yucatán y avecindado en la ciudad de México.
Guillermo Díaz -La idea que se tiene del DF cuando viene de lejos es que al salir a la calle te van a asaltar. Cuando llegué al DF pensaba que voy a hacer, voy a salir a tomar fotos y me van a matar. – reímos, reímos mucho, aunque esa posibilidad en esta ciudad jamás se descarta.
El cliché de lo mágico que es la fotografía se extiende y rebasa cualquier frontera, cualquier limite geográfico, a Guillermo Díaz lo atrapó cuando estudiaba la universidad en el estado de Yucatán.
Guillermo Díaz: Para mí fue el típico cliché de como un papel que antes se encontraba vacío, por efecto de los químicos comienzan a aparecer imágenes. La primera ves que lo presencie fue mágico. Disfrutaba salir con mi cámara y conocer a la gente que intentaba retratar, me gustaba que me contaran historias que desconocía de Yucatán.
Si tu trabajo no te agrada, cambia de ciudad.
La cafetería donde decidimos guarecernos del atardecer rojizo y el calor abrasador a lo largo de la platica poco a poco se iluminó de forma artificial.
-Cuando comencé a fotografiar deseaba ser como Manuel Alvares Bravo o Maya Godet, documentar todo mi entorno- .Memo hace una pausa y no lo dice, pero sigue siendo un sueño aspiracional-.
Al momento de intentar documentar y reflexionar acerca de mi entorno me decepcionó, me frustró mucho que las personas no se dejaran fotografiar. Esa fue una determinante para que mi trabajo se encaminara a la fotografía armada donde tienes completo control de la situación–.
El lugar donde seguimos platicando por momentos se calla y deja lagunas de silencio donde se escuchan partes de la canción “Antics” de Interpol.
La luz poco a poco se va terminando, los vasos de café se fueron vaciando y la emoción de hablar de la fotografía terminó por contagiarnos y hablar efusivamente de ella y de la luz.
-La luz natural es maravillosa, ningún flash te da eso, aparte de que la luz natural no te cuesta un peso. El único problema es que la luz natural jamás la vas a poder controlar .-
Para seguir las andanzas de Guillermo Diaz haz click aquí
Texto por Noé Canales Cortés
Fotografía por Guillermo Díaz de la serie “La hija del dinosaurio”